¡Qué sería de Sevilla sin funcionarios! (I)

Me temo que se ha convertido en lugar común la asociación de ideas que iguala “economía de Sevilla” a “sector público”. Con tal fuerza, que incluso en la propia capital -no tanto a nivel de hombre de la calle como entre los creadores de opinión- tiene crédito la afirmación, de forma que parecería que en la provincia hispalense sólo hubiera funcionarios. El meme es particularmente exitoso en otras provincias andaluzas.
La afirmación -cuidadosamente malévola, tanto para denostar al funcionariado en sí como para verter una imagen de la provincia como rémora o parásito de la economía andaluza y a lomos, por añadidura, del caballo de batalla que el mainstream conservador ha venido utilizando acerca de la responsabilidad del tamaño del sector y el gasto públicos en la actual crisis- tiene un efecto realmente perverso.

Sobre el volumen de gasto público, el Presidente del Gobierno no ha admitido sino hasta antes de ayer (en la presentación del Informe de la CORA) lo falso de la afirmación. Reproducimos literalmente:

"Quiero acabar con un mito sobre el verdadero tamaño de la Administración. Con datos de 2012, España se sitúa entre los países con menor gasto público de la UE, un 43% sobre el PIB frente al 47% de media en la zona euro".

No es el volumen de gasto sino su eficiencia el problema de la Administración Pública. Como en toda organización.

[Referencia en video en (minuto 5 y 10 segundos)
http://www.lamoncloa.gob.es/Presidente/Actividades/ActividadesNacionales/2013/190613CORA.htm;

Noticia impresa en 

http://politica.elpais.com/politica/2013/06/19/actualidad/1371663657_866414.html]

En el caso que nos ocupa, para rebatir la astracanada bastaría, efectivamente, con acudir a los datos de la Contabilidad Regional que elabora el INE. Ello merece, sin embargo, un comentario aparte que querría desarrollar en extenso otro día.

Prefiero combatir el gigantesco bulo con una serie de posts que recojan, cada uno de ellos, un dato estadístico -según surja- puntual, y ver de agujerear el argumento poco a poco.