Resulta verdaderamente
increíble leer lo que John Stuart Mill escribió en su Principios de
Economía Política en 1848.
Lo cuenta así Nouriel Roubini (conocido como
el doctor catástrofe, “Dr. Doom”) en su libro Crisis
Economics (Ediciones Destino, página 78, estupenda versión española excepto por el título, Cómo salimos de ésta):
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John Stuart Mill, economista, político y filósofo británico (1806-1873) |
Mill
creía que las burbujas empiezan cuando un shock externo o “una
circunstancia accidental (…) hace que empiece a actuar la
especulación”. Mientras suben los precios, el hecho de ver cómo
los demás se enriquecen “atrae a numerosos imitadores y la
especulación (…) se extiende hasta mercancías para las cuales
nunca existieron razones de esa clase”.
Mill
reconocía que la burbuja, por sí sola, no desencadena una
crisis, sino que el crédito y la deuda desempeñan un papel
fundamental. Sostenía que cuando se forma la burbuja “tiene lugar
una gran ampliación del crédito. No sólo aquellos a los que alcanza
el contagio emplean su crédito con mayor liberalidad que de
ordinario, sino que en realidad disponen de mayor crédito porque
aparecen realizando grandes ganancias y porque, al predominar un
sentimiento general que impulsa a las aventuras, todo el mundo
concede y obtiene crédito con mayor amplitud que en otras ocasiones,
y se concede a personas que no están calificadas para recibirlo”. De forma inevitable, el boom acaba cuando una inesperada quiebra de algunas empresas provoca una "desconfianza general" en el mercado (...) Incapaces de saldar sus deudas, las empresas se hunden y las quiebras aumentan desmesuradamente. Todo contribuye a que "una multitud de personas (...) se encuentren más o menos empobrecidas".
Y no aprendemos. Desde hace más de 160 años que Mill (que era, además, funcionario, según Wikipedia en su versión inglesa) lo describiera. Siempre es una burbuja el problema, como el libro de Roubini documenta históricamente. Una y otra vez.