lunes, junio 14, 2021

Premio a un trabajo sobre el declive histórico de la economía andaluza y propuestas para revertirlo

/ Ángel Arcos, dr. en Ingeniería y dr. en Economía /


Ha recibido el I Premio del Observatorio Económico de Andalucía
(OEA) gracias a su trabajo titulado El retorno del péndulo.
Puntos a destacar de la obra: en primer lugar, el declive de las provincias andaluzas en cuanto al PIB per capita desde 1860 hasta hoy, representado en esta imagen.

Se aprecia a lo largo de los mapas-año cómo el color oscuro de las provincias andaluzas va palideciendo a lo largo de la Historia. De ser la más rica a -este año quizás- la más pobre. Un cataclismo.
Fue en 1920 la última ocasión en que una provincia andaluza, Sevilla, aparece de color negro, sesenta años de prosperidad representados. En 2010, este color queda reservado a Madrid, las provincias catalanas (excepto Lérida), Zaragoza, Navarra y provincias vascas.
Como indica Arcos.
Además, la debilidad del sistema productivo, basado en servicios y construcción, junto con la existencia de una industria débil, con una gran presencia de sectores en declive (refino de petróleo), harán que esta situación difícilmente mejore en el futuro
Este declive andaluz se ha producido por más que durante todo ese lapso se hayan sucedido los planes estratégicos de política económica de los poderes públicos.
Y es que el mal no está ahí, añado yo, sino en la pérdida del tren de la Revolución Industrial.
Dice Ángel Arcos:
La mayoría de ellos [se refiere a los planes públicos] fijaban objetivos que, siendo lógicos y dirigidos a cubrir aspiraciones razonables (número de patentes, % de empleo femenino, eficiencia energética, defensa de sectores en problemas, formación básica, ...) tenían una incidencia limitada en el principal problema del desarrollo económico de Andalucía, que es la productividad.
Es decir, en Andalucía se emplean muchas más horas de trabajo para producir el mismo volumen de producto: baja productividad.
Continúa Ángel Arcos:
Resulta necesario reenfocar la economía andaluza. En este sentido la industrialización apunta a ser una solución eficiente.

Y añade:

3. Sin industria no hay crecimiento.
En el año 2013, la Comisión Europea publicó el informe titulado “Informe sobre la competitividad de 2013: sin industria no hay crecimiento ni puestos de trabajo” (Comisión Europea, 2013). A estas alturas del siglo, nadie va a poner en duda las bondades de disponer de un sector industrial robusto. Este hecho viene asociado a su elevada productividad, importante contenido tecnológico, empleo de calidad, estable y bien remunerado, alto porcentaje de exportaciones, …etc.

¿Y por qué es baja la productividad en Andalucía? Arcos nos indica cuáles son los factores que la determinan: 
  1. peso de la gran empresa (medido mediante el % de empresas con más de 200 empleados), 
  2. capital productivo (activos fijos privados por un lado e infraestructuras públicas por otro) e 
  3. intensidad de innovación (gasto en actividades de I+D respecto a la cifra de negocios).
Estas tres variables destacan sobre todas las analizadas (consulte la página 13 del trabajo) con valores de coeficiente de determinación de 85%, 82% y 81% respectivamente (me permito resaltarlos en amarillo intenso).

¿Cómo podría actuar el poder público? Un item es claro: la inversión en infraestructuras (el capital productivo público). Sabemos que en ello ha fallado estrepitosamente la Gestión pública en el caso de Sevilla, al punto de convertir a ésta en la última provincia de España en el intervalo 1985-2018, según hemos venido repitiendo ha dictaminado la AIReF (por ejemplo, aquí, aquí o aquí). Ángel Arcos no diferencia entre capital productivo público y privado, aunque en los trabajos de la FBBVA y el IVIE se diferencia claramente entre uno y otro (e hicimos nosotros aquí). Tiene gran importancia la cuestión porque, recordemos, la construcción residencial (la vivienda) no es capital productivo, y ahí se han dirigido en Andalucía muchas inversiones privadas muy cuantiosas en los últimos lustros.

¿Cómo podría actuar la iniciativa privada? En aquellos sectores donde la productividad andaluza sí destaca, y que el propio Arcos revela mediante un análisis shift-share. Así:
  • Fabricación de productos de caucho, plásticos y de minerales no metálicos (es decir, sectores de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, CNAE, 22 y 23)
  • Metalurgia y fabricación de productos metálicos (CNAE24 y CNAE25)
  • Fabricación de productos electrónicos y ópticos, eléctricos, informáticos y maquinaria (sectores CNAE 26, 27, 28)
  • Fabricación de muebles, otras manufacturas y reparación de maquinaria (CNAE 31, 32, 33).
Como recomendación a las instituciones, señala Arcos, «se deberían intensificar esfuerzos para promocionar la implantación de grandes empresas en Andalucía, quizás con programa de promoción internacional en las sedes de las multinacionales de sectores prioritarios o con un Interés Empresarial (indicador definido por el propio Arcos como la diferencia entre productividad y coste laboral medio) alto, así como facilitar los procesos de inversión en capital productivo y el gasto en actividades de innovación, articulando los programas adecuados para ello».




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