domingo, abril 16, 2017

¿Legislar menos, legislar mejor? (y 2)

/ Boletines oficiales, PIB y población /


En esta entrada, continuación de la publicada en torno al Informe 1/2015 "Legislar menos, legislar mejor", de la CEOE, intentaremos relacionar los números absolutos que maneja la organización empresarial en su informe con otras magnitudes, lo que permitirá visualizar un carácter relativo en torno a la tesis expuesta por el órgano de representación de los empresarios.
Recordemos -con aquellos datos en la mano- que, sorprendentemente, era la muy liberal comunidad de Madrid la administración autonómica que mayor volumen de páginas publicó en el año 2014 en su boletín oficial, al igual que en los otros cuatro años anteriores.
La segunda en el ordinal era Castilla y León, también regida por gobiernos conservadores desde hace muchas legislaturas, como también Cataluña, tercera en el orden, o Baleares, cuarta en el ranking.
Hemos de hacer notar -aunque la patronal no lo hace- que, al mencionar número de páginas de boletín oficial publicadas, estamos hablando tanto de textos de pura regulación normativa (normas de carácter general, como leyes, decretos y órdenes) producida en el año como volumen de texto publicado reflejo de la actividad administrativa (actos administrativos).
Si la producción normativa tiene dos, simplificando, fines primordiales, la provisión de servicios públicos y la ordenación de la actividad económica, quizá debiéramos relacionar el numero de páginas con la poblacion y con el Producto Interior Bruto (los datos más recientes sobre PIB y población pueden descargarse del INE aquí).
La reflexión apriorística, quizá, nos lleve a pensar que cuanto mayor la economía o mayor la población atendida, mayor número de páginas de boletín oficial se publicará.
Así, cuanta mayor actividad económica, más páginas: más publicaciones de relaciones de empresas adjudicatarias de subvenciones, más resoluciones de adjudicacion de contratos de concursos públicos a empresas (de suministros, de servicios, de obras), mayor volumen de actos administrativos de notificaciones, etc.
Igualmente, también parecería haber relación directa entre tamaño de la población servida y número de páginas publicadas: cuanta más población, más grande la Administración autonómica y, por tanto, mayor número de actos de nombramiento de personal, de convocatorias de puestos de trabajo de funcionarios, de relaciones nominales de funcionarios en procesos de personal, de relaciones de trabajadores sanitarios, de actos en torno a personal de Educación, de edictos de la Admon, de Justicia, etc, etc. Estos son los juicios a priori sobre los que pretendemos encontrar apoyo.
Haremos la misma operación de formateo de las celdas mediante escala de colores que en el post anterior, pero, ahora, para que los colores sigan manteniendo la misma significación, habremos de variar el sentido de la escala, de forma que tonos verdes sigan denotando valor “bueno” y rojizo se identifique con valores “malos”.
Así:
  • asignaremos color verde para dar idea de mayor volumen de PIB,(“bueno”), y color rojo a menores volumen de PIB regional (“malo”, en el sentido de reducido).
  • análogamente, a mayor población, color verde; a menor población, rojo. 
Recuerde que del estudio de la CEOE se sobreentendía que muchas páginas de regulación era malo -y, consecuentemente, lo representábamos en color rojo- y que pocas era sinónimo de bueno, visualizado ello con color verde. 
En relación al criterio de Producto Interior Bruto, la ratio número de páginas / volumen de PIB de cada comunidad autónoma se muestra seguidamente.
En la columna de la derecha se muestra el valor ordinal de la ratio para las diecisiete comunidades autónomas.
Dos conclusiones pueden extraerse.
En primer lugar, como se aprecia, el mayor número de páginas publicadas de regulación en relación al PIB no corresponde a la comunidad autónoma que mayor número de páginas publicó (Madrid), sino a Cantabria, que publicó 3'70 páginas por cada mil millones de euros de actividad económica (43.865 páginas de boletín oficial para 11.863.907 miles de euros de PIB, con datos del Avance de 2014). Ordenadas las diecisiete CC AA de mayor a menor ratio, Cantabria es la primera. Aparece, pues, representada en rojo malo: publica más regulación que nadie para el volumen de actividad económica que genera.
También con ese color, pero un tanto más tenue, aparece La Rioja, segunda, con 3'40 páginas de boletín oficial por cada mil millones de euros de PIB.
Las siguientes regiones “más intervencionistas” serían Extremadura, Baleares, Asturias -todas con valores superiores a 2- y Murcia (por cierto, todas ellas uniprovinciales, excepto Extremadura). Tras éstas, Castilla y León.
En el lado opuesto, encontramos que el País Vasco presenta la menor relación páginas/PIB de entre todas las regiones, con solo 0,09 páginas por cada 1000 millones de PIB. Por ello figura en verde, en su tonalidad más viva. En el estudio de la CEOE nada se dice en torno al muy relevante papel de las diputaciones forales vascas en competencias, y si el número de páginas contadas solo recoge la actividad reguladora del gobierno vasco, lo que implicaría que las conclusiones estarían sesgadas.
Tras Euskadi, también con valores verdes, siguen Valencia, Cataluña, Andalucía y Madrid (con valores de 0,33, 0,38, 0,42 y 0,48 páginas por cada mil millones de PIB, respectivamente).
Se constata, por tanto, que las mayores economías de España (los cinco mayores PIB) presentan valores similares y contiguos, por debajo de 0,5, y por debajo de la media de 0,78. Sus índices de regulación están, sin embargo, muy alejados de los dos primeros puestos de Cantabria y La Rioja (3,70 y 3,40).
Por su parte, en relación a la población:

En este caso es La Rioja la primera, y Cantabria la segunda, intercambiando, por tanto, las posiciones.
Encabezan la tabla La Rioja (83 páginas publicadas por cada 1000 habitantes), Cantabria (≈75 pag.), Baleares (≈55 pag) y Asturias (≈45 pag.), uniprovinciales y de entre las menos pobladas en términos absolutos. Son las comunidades autónomas que mayor número de páginas publican en relación a su población.
Ha de tenerse presente ineludiblemente que en estas provincias no existe diputación provincial y que, sin embargo, este tipo de administración sigue existiendo en las multiprovinciales, que publican también su propio boletín oficial, y cuyo volumen de páginas no está contemplado por la CEOE.
También derivado del análisis de la tabla anterior, se comprueba que las comunidades autónomas que menos publican en relación a su población son el País Vasco (ha de tenerse igualmente presente la prevención respecto del papel de las diputaciones forales señalado anteriormente), seguido de Valencia (6,5 páginas), Andalucía (≈7), Cataluña (≈10) y Madrid (≈15).
Agrupando en una única tabla ambos criterios, resulta lo siguiente:
Así, una región como Islas Baleares acumula malos rojos y anaranjados en todas las categorías; y Cantabria y La Rioja presentan rojos en las columnas dos, tres, cuatro y cinco aun cuando la cantidad de páginas de la primera columna no sea alta.
Por su parte, Extremadura empeora con los datos relativos su relativamente aceptable orden en la escala de páginas publicadas (12ª, frente a 3ª, 5ª, 3ª y 5ª).
Por otro lado, los supuestos malos rojos de Madrid, Cataluña y Andalucía (altos valores absolutos de números de páginas publicadas, 1ª, 3ª y 5ª en ese item) quedan matizados sin excepción por buenos verdes en los indicadores relativos calculados.
¿Cómo se leen estos resultados? 
Si -pensando en Madrid o Cataluña- en la primera columna hay rojo=malo, debería corresponder, bajo la hipótesis cultivada desde posiciones conservadoras, también un color rojo en la relación entre n.º de páginas y PIB o rojo en n.º de páginas en relación a la población. Y ello como indicadores de excesivo intervencionismo y perjuicio sobre la actuación privada y la actividad económica y la renta de sus ciudadanos. Y, sin embargo, no es así, al menos en los términos macro analizados. 
En la próxima entrada sobre la llamada legislación motorizada, examinaremos el caso práctico -muy revelador- de un emprendedor andaluz cuyas vicisitudes para poner en marcha su proyecto llegaron a los medios escritos y a la televisión de gran audiencia.

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