/ Alternativa viable para el cruce del Guadalquivir /
En Linkedin, la red profesional por antonomasia, encontramos una solución al problema público del cruce del Guadalquivir, solución empantanada desde hace lustros a causa del estrepitoso fracaso de la Gestión pública para su formulación.
Este fracaso se mide en años de tramitología, como se dice en Hispanoamérica, y en despilfarro de recursos, los ya aplicados en una carretera construida pero cortada por la mitad y en una tuneladora comprada y arrumbada en la orilla del río. Y se mide en pérdida de bienestar social acumulado: colapso circulatorio, tiempo en los desplazamientos.
Y también, en coste de oportunidad: lo que Sevilla (Andalucía) ha dejado de ganar en expansión de su desarrollo socioeconómico.
Hasta ahora, se han venido considerando dos alternativas al problema del cruce del río:
- un túnel, cuya obra fue adjudicada y ha sido recientemente paralizada por, según se ha manifestado por Javier Herrero Lizano, director general de Carreteras, deficiencias en los proyectos aprobados, y
- un puente, de gálibo similar al del Puente del Centenario, el cual vemos reflejado en la imagen, con sus imponentes rampas, difíciles para el elevado tráfico pesado que soporta.
Nos muestra una solución distinta, su solución, Ángel Ochoa, ICCP madrileño con más de 37 años de experiencia en la constructora FCC y ligado a Sevilla como ingeniero jefe de la obra del magnífico Puente del Alamillo y también de la nueva esclusa.
Su diseño resolvería dos cuestiones: el elevado coste de construcción y mantenimiento de los túneles por un lado y, por otro, el impacto medioambiental que supone la solución puente fijo y su rasante, su gran altura y elevada pendiente que dificultan el tráfico pesado, dada la existencia del Puerto de Sevilla (esto es, de Sevilla misma, la razón de ser y origen de la ciudad).
¿Cuál es esa solución? Sencillamente, no cruzar el río en la ubicación propuesta y manejada hasta ahora, sino unos metros más allá, en los terrenos de la esclusa.