Exposición Universal 1992 de Sevilla: la vergüenza de España

/ Expo'92, capital público y economía /

-para la Expo, se construyeron en Sevilla nueve puentes.

-¡Nueve! Qué barbaridad, qué exageración.

Diálogo imaginario entre un sevillano y un compatriota (andaluz o de cualquier otra región).

Y, sin embargo, extrañamente, a compatriota alguno se le ocurre pensar "¡Caramba, nueve puentes! ¡en qué situación de abandono no estaría la ciudad!"......
Asistí el jueves 29 pasado a una interesante conferencia en la tecnoincubadora Marie Curie, en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, esa realidad de hoy definida por sus 442 empresas y 16.700 trabajadores directos.
Se titulaba La Exposición Universal de Sevilla 1992: efectos sobre el crecimiento económico andaluz.
La pronunció la profesora de la US María del Pópulo Pablo-Romero, que fue presentada por Julio Cuesta, comisario para el XXV aniversario de la Expo y que fuera director de relaciones externas de la sociedad estatal Expo 92.
La base de la exposición fue el libro de la profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales del mismo título, producto de su tesis doctoral.

La profesora Pablo-Romero hizo una pormenorizada exposición de las cifras y obras de la Expo, el capital público acumulado en Sevilla y Andalucía por su causa. Leída en el año 2000, la tesis, dirigida por Lebón, estaba fundada en las fuentes de datos existentes en la época.
Hoy contamos con otra base, que ha sido examinada varias veces en este blog: las series de stock de capital calculadas por la Fundación BBVA-Ivie. La primera vez, en febrero, en que dábamos cuenta de un paper del catedrático de la Universidad de Almería Manuel Jaén sobre capital público en las provincias de Andalucía publicado en 2010, que demostraba que en el periodo 1980-2000 nunca había recibido Sevilla más inversión pública que otras áreas de Andalucía (sí, ha leído bien).

Stock capital 1980-2000

Siguieron varios posts más, ya mediante explotación de los datos de FBBVA-Ivie por éste que suscribe, que venían, a su vez, a actualizar hasta el año 2012 los datos de aquél. La penúltima vez fue en junio, que incluía un sumario gráfico de los distintos tipos de infraestructuras públicas de todas las provincias andaluzas a ese año.
No sé si fue un error, pero en la proyección en pantalla de la conferencia de la profesora Pablo-Romero no figuraba en el título el adjetivo andaluz (fíjese en la imagen) que sí se contiene en el título de su libro. Ello precisamente incide en un aspecto que, con los años, también a mí se me desprendió en mi consideración: por qué al acontecimiento de la Expo debían exigírsele beneficios fuera del ámbito específico, delimitado, del evento y la ciudad que lo albergaba.

¿Por qué la Expo'92 habría
de ser una estrategia de desarrollo? 

¿Ha sido alguna exposición universal algo así? Y mira que, efectivamente, sí hubo tales beneficios fuera de Sevilla (fueron buscados ex profeso), como ella explicó, y en su libro se detallan.

Yo añado un ejemplo más, concreto, a la relación de la profesora: el Puente del Centenario, vía urbana de Sevilla que sufre atascos varias veces -externalidades negativas de la capitalidad- al día.

Ese puente es la vía terrestre que rompe la incomunicación (único caso en España), y para goce y disfrute de todos los españoles, de dos provincias andaluzas, incomunicación derivada de la protección de Doñana. Ese puente urbano de Sevilla es la conexión Cádiz-Huelva. Tanto el puente como la autovía A-49 Sevilla-Huelva fueron construidas por razón de la Expo.

En el XX aniversario de la Expo'92 ya fue recogido por Diario de Sevilla el libro de Pablo-Romero, en un reportaje -muy desafortunado, en mi consideración- de Carlos Navarro y María José Guzmán, y que rezuma, para mí, el ánimo con que contemplaron los sectores más conservadores de la ciudad -éstos, por razones políticas- la Exposición: negativamente. Lo titularon El impacto económico: posibles efectos evaporados.

Aún hoy, en España se cree que ese lugar es un páramo donde solo hay jaramagos.
Tanto Pablo-Romero como Cuesta insistieron en la conferencia en la necesidad de que los andaluces "se sientan orgullosos del trabajo que se hizo y de la planificación previa para reutilizar la Expo'92 en un Parque Científico y Tecnológico" que genera una actividad económica anual superior a los 2.000 millones de euros.

España solo pudo superar la vergüenza nacional que suponía el estado comatoso de la ciudad -la mayor ciudad del Sur de España, y la provincia más poblada y de mayor extensión-, y gracias, precisamente, a un (dos) sevillano(s), poniendo la excusa de un proyecto de Estado, en base a un evento de dimensión en la Historia del mundo. No porque fuera ello exigible per se a causa de la incuria pública de decenios que se enseñoreaba sobre la ciudad más importante de Andalucía y sus setecientos mil habitantes. Hízole falta apelar a un proyecto de Estado para restituir lo debido.
A otros les ponen las infraestructuras sin pedirlas o siquiera necesitarlas.
Veremos si no vamos a necesitar otros varios decenios de abandono para que haya túneles que salven el Guadalquivir en vez del Puente del Centenario, o se construyan las líneas de metro proyectadas (ya hay quien tiene dos líneas en Andalucía), o haya un Cercanías al aeropuerto del que es el tercer punto turístico de España tras Madrid y Barcelona, o se le rehabilite el Museo Arquelógico, o se reforme y amplíe el Museo de Bellas Artes, o se cuente con el equipamiento de una Ciudad de la Justicia, como hay en dos capitales andaluzas -Málaga (2007) y Córdoba (2017)-, o los trenes no tengan que dar la vuelta en Utrera -y esperar el paso de los trenes de viajeros a la ciudad- para entrar al puerto de Sevilla, ese puerto que dobla en tráfico de mercancías al de Málaga y supera en un 40% al de Cádiz.
Y todavía hay que explicar a los españoles -y a los sevillanos- que los jaramagos no dan para facturar 2.000 millones de euros al año.

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