martes, noviembre 28, 2017

Extorsión catalana de ayer y hoy

/ También en lo económico /


El articulista y profesor de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla (mi alma máter), amigo -me lo permitirá- y vecino Tacho Rufino me soliviantó hace unas semanas al recoger en su colaboración en Diario de Sevilla unos pasajes de Stendhal, afamado novelista francés, popular por su ataque de belleza en Florencia en 1817, origen del síndrome que lleva su nombre descrito con posterioridad.
No fue un ataque de belleza lo que sufrió Stendhal en su visita a Cataluña en 1839, unos años más tarde. Escribió en sus Memorias de un turista (el subrayado es mío):
“Es digno de mención que en Barcelona predican la virtud más pura, el beneficio de todos, y al mismo tiempo se quiere disfrutar de privilegios: divertida contradicción. 
(...) 
Estos señores quieren leyes justas, con la excepción de la ley de aduanas, que debe estar hecha a su antojo. Los catalanes exigen que cada español que usa telas de algodón pague cuatro francos al año, porque en el mundo hay una Cataluña [por el solo hecho de existir Cataluña]. 
Es preciso que el español de Granada, Málaga o La Coruña no compre, por ejemplo, los tejidos de algodón ingleses, que son excelentes y cuestan un franco la vara, y se sirva de los tejidos catalanes, muy inferiores y que cuestan tres francos la vara. Con esta excepción, esta gente son de fondo republicano y grandes admiradores del Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau. Dicen amar lo que es útil y odiar la injusticia que beneficia a unos pocos. Es decir, están hartos de los privilegios de una clase noble que no tienen, pero quieren seguir disfrutando de los privilegios comerciales que con su influencia lograron extorsionar hace tiempo a la monarquía absoluta. 
Los catalanes son liberales como el poeta Alfieri, que era conde y detestaba los reyes, pero consideraba sagrados los privilegios de la nobleza”.
Tras sosegarme un tanto, me propuse buscar la cita original. Me costó tiempo y esfuerzo, pero finalmente la hallé en la Biblioteca Nacional de Francia (volumen III de la obra, página 301, http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k69217, Los catalanes y los privilegios). 
Aquí la tiene:
Memorias de un turista. Stendhal

Volumen III, p. 301. Stendhal


Muchas gracias, Tacho, por dármela a conocer.
Y si, despistado navegante que recala por aquí, cree usted que ya carece de actualidad esta referencia de 1839, lea esta otra publicada el día diecisiete de noviembre de 2017 en el diario El economista.
Recoge, porque en el mundo hay una Cataluña, una nueva solicitud -y ya es la tercera vez que lo hace- del Consejo Regulador del Cava, tras constatar el incremento de la superficie de viñedo registrado en los dos últimos años en los municipios de Almendralejo (Badajoz) y el valenciano de Requena.
Las dos respuestas negativas anteriores del gobierno a las peticiones del Consejo vendrían a aflorar la dificultad del encaje catalán en la España democrática (el eufemismo con el que se pretende disfrazar la pérdida de poder abusivo de las élites extractivas catalanas de que hablara Stendhal, y se prolongara hasta la muerte del dictador Franco); una tercera negativa sería la definitiva confirmación de que el estado social y democrático de derecho, el estado moderno que es España, inserto en Europa, es el mejor antídoto contra la extorsión y el veneno (Juncker dixit) del nacionalismo.
El proteccionismo catalán, un clásico en la Historia Económica de España. Volveremos a hablar de ello.



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2 comentarios:

  1. En la cita textual, también lo situado entre corchetes es cosecha propia, una traducción alternativa que me parecía más aclaratoria

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