martes, septiembre 29, 2015

Las dificultades de Abengoa

Empresa en mayúsculas, sin parangón en Andalucía, está viviendo desde hace cerca de un año una complicada situación

Debut de Abengoa en el NASDAQ, la bolsa tecnológica de Nueva York
Parece diagnóstico compartido por los analistas que la expansión mundial y sectorial llevada a cabo por la multinacional andaluza se ha fundamentado en un apalancamiento excesivo, que ha conducido a una situación en que los gastos financieros para atender a la deuda que financió tales inversiones se acercan muy mucho en volumen al resultado de explotación en el primer semestre de 2015.
El mercado así lo estimó, y, hasta ahora, las desinversiones ejecutadas (se ha desprendido de empresas tan brillantes como TELVENT o BEFESA) no han bastado para reducir la deuda.
También parece que la política de comunicación de la empresa no ha funcionado correctamente, con bandazos en las informaciones facilitadas a los inversionistas y los medios. Para una compañía con más del 85% de su cifra de negocios fuera de España (en EE UU obtuvo en 2012 el 26% de sus ingresos), estas cosas se pagan.
Todo lo anterior, y los bajistas, han conducido a una enorme caída en la capitalización bursátil de la firma sevillana, con volúmenes de contratación diarios muy superiores a los de empresas muchísimo más grandes.

La política de expansión de la empresa -esa conquista del futuro mediante la I+D+i- se va a ver
frenada de raíz por el rescate operado por la banca. Su traducción en el gobierno de la empresa: los propietarios fundadores pasarán a tener el 40% del capital frente al 57% actual y sus derechos políticos -vía sus acciones clase A- se verán más diluidos, sus asientos en el consejo de administración serán cinco -para un nuevo total más reducido de trece- y abandono del puesto de presidente por Felipe Benjumea.
A cambio, el aseguramiento por los bancos de la colocación en el mercado de una amplicación de capital de 650 millones de euros.
El mensaje del núcleo originario y de control de la empresa, rotundo: suscribirán 120 millones de esas acciones, con lo que muestran a las claras su implicación en la cuestión y la ligazón con Sevilla.
Se vislumbra un nuevo gobierno corporativo, más parecido a las empresas punteras típicas, y más prudente en lo financiero. También una mayor focalización en las áreas más tradicionales de la empresa, y un menor tamaño. Y esperemos mayor contento por esa parte interesada que son sus empleados.
Por encima de todo, la empresa -símbolo de otra Andalucía, alejada de la “apuesta por el tomate y la playa” que dijo un día Punset- parece haber sorteado su coyuntura más difícil (el castigo bursátil es, para los analistas, una sobrerreacción, http://www.expansion.com/opinion/2015/09/28/560916b0e2704e4b108b457d.html), y seguirá en la tierra que la vió nacer, muy cerca de mi casa.

Muchos estimamos profundamente este símbolo, fundado por un Hijo Predilecto de Andalucía y en el que trabajan más de 27.000 personas en todo el mundo y 4.000 en Sevilla.
Gracias, Abengoa. Y adelante.

Numerosas referencias de actualidad sobre la situación de Abengoa en http://www.scoop.it/t/capital-economica-de-andalucia?q=abengoa


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